Ucrania lanzó un masivo ataque sorpresa con drones en territorio ruso, destruyendo y dañando docenas de bombarderos estratégicos en cuatro bases aéreas.
La misión encubierta de 18 meses, llamada “Operación Telaraña”, asestó un duro golpe a la disuasión nuclear y la capacidad de ataque de largo alcance de Rusia.
Los observadores, incluidos los blogueros pro-Moscú, calificaron el ataque como el “Pearl Harbor ruso”, ya que el momento podría hacer descarrilar las conversaciones de paz en curso respaldadas por Estados Unidos.
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La operación ‘Telaraña’ de Ucrania paraliza la flota aérea nuclear rusa
El 1 de junio de 2025, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) ejecutó una audaz y altamente coordinada operación con drones que atacó cuatro bases aéreas rusas en el interior del país. La operación utilizó drones FPV (vista en primera persona), introducidos de contrabando en Rusia ocultos dentro de cabinas de madera móviles montadas en camiones.
Kiev informó que 41 aviones rusos, incluidos bombarderos nucleares TU-95 “Bear”, bombarderos tácticos TU-22 “Backfire” y aviones de mando aerotransportado A-50, fueron alcanzados en el ataque. Las bases atacadas se encontraban en Irkutsk (Siberia), Múrmansk (Círculo Polar Ártico), Riazán (sureste de Moscú) e Ivánovo (noreste de Moscú), algunas a más de 2.500 millas del territorio ucraniano. El costo estimado de los daños supera los 7.000 millones de dólares, y muchos de los aviones ya no se fabrican.
Imágenes dramáticas publicadas por el SBU muestran bombarderos envueltos en llamas en las pistas y drones FPV lanzándose desde camiones estacionados. Fuentes ucranianas dicen que los drones fueron desplegados remotamente desde unidades móviles ocultas, y que la sincronización y coordinación se manejaron desde Rusia.
Ucrania dijo que el ataque fue en represalia directa por el mayor ataque con drones de Rusia desde el inicio de la guerra, ocurrido pocos días antes, en el que participaron 472 drones y múltiples misiles de crucero y balísticos. Según funcionarios ucranianos, durante esa ofensiva rusa se interceptaron 385 objetivos aéreos.
El presidente Volodímir Zelenski supervisó personalmente la operación. Más tarde reveló que el centro de mando de la operación estaba situado “justo al lado” del cuartel general del FSB ruso, calificándola de “una operación que pasará a la historia”. Añadió: “Un año, seis meses y nueve días de planificación. Nuestro ataque de mayor alcance hasta la fecha. Todo el personal implicado fue retirado sano y salvo”.
El jefe de gabinete de Zelenski, Andriy Yermak, publicó un críptico emoji de telaraña en X justo antes del anuncio. Fuentes dijeron a Axios que Ucrania no informó a EE. UU. con antelación.
El momento del ataque —un día antes de una reunión de paz prevista en Estambul— podría poner en peligro los avances en las conversaciones auspiciadas por Estados Unidos. Kiev insiste en que está comprometida con la paz, pero ha exigido un memorando formal a Rusia en el que se esbocen sus intenciones antes de aceptar reunirse. Zelenski reiteró que cualquier reunión debe estar “bien preparada y ser significativa”.
Tras el ataque, Zelenski pidió un alto el fuego completo e incondicional, el regreso de los niños ucranianos secuestrados y la liberación de los prisioneros. Rusia ha rechazado tales condiciones, lo que arroja dudas sobre el futuro de las conversaciones.
Por otra parte, dos puentes cerca de la frontera ucraniana se derrumbaron en aparentes incidentes de sabotaje, matando al menos a siete personas. Las autoridades rusas han iniciado una investigación.